sábado, 12 de noviembre de 2011

batalla de Kursk

La batalla de Kursk da nombre a una serie de choques armados que tuvieron lugar entre julio y agosto de 1943 en la región de ese mismo nombre. En ella, las ya debilitadas tropas del ejército alemán harían el último esfuerzo ofensivo en el frente del este, agrupando el grueso de sus fuerzas acorazadas y sus más modernas armas, pasando por las unidades más potentes y sus generales más prestigiosos; la operación recibió el nombre en clave de "Operación Zitadelle" (Ciudadela).
Tras la victoria soviética en Stalingrado, el Ejército Rojo desencadenó una serie de ofensivas obligando a los alemanes a evacuar el grupo de Ejércitos A ubicado en el Cáucaso por temor a que fueran aislados (cosa que hubiera sido un desastre aún mayor que el de Stalingrado), quedando aislada la cabeza de puente de Kuban. Los soviéticos sobreexplotaron su victoria, llegando hasta más allá de Járkov, cerca del Cuartel General de Erich von Manstein en Zaporozhye, donde fueron rechazados por una bien dirigida contraofensiva de este mismo general. De esta manera los alemanes capturaron de nuevo la ciudad de Járkov, formándose un saliente soviético centrado en Kursk (véase Tercera Batalla de Járkov).
Hitler decidió destruir el saliente, seguro de contar con las fuerzas necesarias para que Alemania retomara la iniciativa. Los soviéticos descubrieron el plan alemán y mediante medidas defensivas en el saliente planearon desgastar el ataque alemán para después contraatacar a las fuerzas desgastadas. El desembarco aliado en Sicilia acabaría con las esperanzas alemanas y la operación Ciudadela sería suspendida.
En Kursk, los alemanes quemaron casi todas sus reservas en cuanto a carros de combate se refiere. También se notó en las bajas humanas, dando lugar a la pérdida de muchos hombres en ambos bandos, que con dificultad Alemania podría reemplazar. Kursk marcó el inicio de un avance soviético que no mermaría hasta la toma de Berlín.
Después del desastre de Stalingrado para el ejército nazi, el alto mando del Ejército Rojo (la STAVKA) decidió lanzar una ofensiva general para expulsar a los alemanes de toda la Ucrania meridional, y si fuera posible, aislar a todo el grupo de ejércitos alemán que en aquel momento se encontraba en el Cáucaso. Sin embargo, una rápida retirada evitó lo que para los alemanes hubiera sido un "super Stalingrado". Aquella situación causó que las unidades en retirada alemanas se amontonaran inútilmente en la cabeza de puente del Kuban. A causa de esto, se inició la gran batalla del Kuban, desarrollándose enormes combates aéreos por la supremacía del aire.
Más al norte, los generales Nikolái Vatutin y Filipp Gólikov avanzaban ya con cierta dificultad, pues el plan de Manstein era de reagruparse y contraatacar a los soviéticos cuando estos se encontraran desgastados por las acciones ofensivas en las que tantos meses llevaban participando sin casi recibir refuerzos, además de haber sobreextendido sus líneas. En poco tiempo, la contraofensiva de Manstein había rechazado a los soviéticos hasta reconquistar la ciudad de Járkov .Ante la alarmante situación, Stalin mandó a su "bombero", Georgi Zhúkov. Después de tomar medidas desesperadas, consiguió frenar el suficiente tiempo a los alemanes, para que llegase el deshielo, cosa que implicaba la paralización total de las acciones en el frente a causa del barro, que aparecía con gran facilidad.
No obstante, estos consiguieron tomar Bélgorod antes de que, como hemos visto, el deshielo hiciera detener las operaciones militares en ambos bandos. Tras este período de ofensivas, la situación en el frente se definió quedando un saliente de cerca de 160 km que penetraba en el frente alemán, y de más de 160 km de anchura. En el norte, en manos alemanas, estaba la ciudad de Orel, justo en el centro del saliente, la ciudad de Kursk, y más al sur casi en línea recta, Belgorod, recién reocupada por la Wehrmacht.
Delante de esta situación de espera, ambos bandos, se prepararon para la próxima batalla. Los alemanes pospusieron su ofensiva, planeada en un primer momento para el mes de mayo, a causa de que sus tropas no se encontraban en condiciones de empezar la ofensiva, y sobre todo, para esperar que los nuevos carros Panther y Ferdinand entraran en acción, así, como para reorganizar su parque móvil, en aquél momento en lamentables condiciones, para ello, fue llamado Guderian, destituido por Hitler tras el fracaso de la toma de Moscú en 1941. Mientras, los soviéticos empezaron a reorganizarse para la ofensiva del próximo verano, pero para cuando Rudolf Rössler o "Lucy", uno de los mejores espías, que estaba ubicado en Suiza, y que tenía a algunos infiltrados en el OKW, informó de los planes ofensivos alemanes, la STAVKA decidió organizar una red defensiva, que para el mes de junio se acabó de perfeccionar. Tal barrera defensiva era del tipo "Pakfront" o frentes antitanque, ya que estaban formados por grandes cantidades de cañones que en su momento dieron cuenta de su efectividad. Los días pasaron, y Hitler había puesto una nueva fecha a la ofensiva, el mes de junio, sin embargo, fue otra vez pospuesta ante la desconfianza de Hitler en sus mandos, esta vez si sería la fecha definitiva, la madrugada del día 5 de julio de 1943.
Este general quiso repetir el éxito de la contraofensiva de marzo de 1943. La misma había permitido recuperar Járkov, cuando frenó la ofensiva soviética tras las caída de Stalingrado. Von Manstein atraería al máximo número de ejércitos soviéticos a la zona y en una maniobra envolvente aniquilaría a la quinta parte del ejército soviético. También conseguiría rectificar la línea del frente para hacerla más corta. Walter Model con el 9º ejército atacaría el sur de Orel mientras que Hoth con el 4º Ejército Panzer bajo el mando de Manstein atacaría al norte de Jarkov. Debían unirse cerca de Kursk. La batalla fue fijada para el 4 de mayo, pero se retrasó en un principio hasta el 12 de junio y finalmente hasta el 4 de julio en espera de los nuevos tanques PzKmpfw V Panther y PzKmpfw VI Tiger, así como el cañón de asalto Elephant. Los aplazamientos anularon las expectativas alemanas de un ataque por sorpresa, dando tiempo a los soviéticos a tomar medidas no sólo para frenar el ataque sino también para diseñar su oportuno contraataque. Una vez más, al igual que en 1941 y 1942, Hitler desencadenó la ofensiva de verano en el frente oriental con nefasto retraso, producto de su desprecio absoluto de la estrategia, confiado exclusivamente en sus planes tácticos y en las excelentes cualidades operativas de su ejército.
Mientras tanto, la Stavka también planeaba sus propias ofensivas para el verano, y había preparado un plan que era idéntico al de los alemanes. Los ataques en Orel y Járkov romperían el frente y, al llegar a los pantanos de Pripet, separarían al grupo de ejércitos alemanes del centro de los del sur. La guerra había demostrado que no podían esperar a que los alemanes atacasen primero durante el verano. Sin embargo el consejo de Georgi Zhúkov, era esperar al ataque alemán para que se desgastase. El retraso alemán en lanzar la ofensiva dio cuatro meses a los soviéticos para prepararse, convirtiendo al saliente en el punto mejor defendido de todo el frente: 400.000 minas, 5.000 kilómetros de trincheras dispuestas en 8 líneas sucesivas que se adentraban en la retaguardia 175 kilómetros. Reunieron 1.300.000 hombres, 3.300 tanques, 20.000 piezas de artillería y 2.400 aviones.
Hitler dio este nombre a su plan, diagnosticando:
Esta operación es de una importancia fundamental. Debe concluir con un rápido y decisivo éxito. Cada jefe y cada soldado habrán de ser debidamente preparados para que se den cuenta de la importancia decisiva de esta ofensiva. La victoria de Kursk será un faro que iluminará al mundo.Los alemanes habían reunido 200 Panther (estos últimos tendrían un triste bautizo de averías, incendios y todo tipo de problemas mecánicos, debido a lo precipitado de su utilización), 90 cañones de asalto Elefant así como 500 tanques Tiger, si bien el grueso de su fuerza acorazada la formaban Panzer III y Panzer IV. En total reunieron unos 2.700 tanques, 2.000 aviones y a 900.000 hombres. Fue la concentración más grande de tanques jamás reunida en la Historia para el combate en un sólo punto, en total, algo más de 6.000 tanques entre los dos bandos.
El ataque comenzó el 4 de julio. Por la tarde Junkers Ju 87 Stuka bombardearon en las líneas del norte, a la vez que se iniciaba el ataque de artillería. Hoth avanzó en las posiciones soviéticas alrededor de Savidovka. Al oeste de Butovo cumplieron sus objetivos en la medianoche. En el sur las tropas de asalto despejaron los puestos avanzados. A las 22:30 los soviéticos replicaron con un bombardeo de la artillería que, ayudado por la lluvia torrencial, retardó el avance alemán.
El 5 de julio de 1943, los soviéticos, sabiendo la hora exacta del ataque alemán, comenzaron un bombardeo masivo de la artillería sobre las líneas enemigas 10 minutos antes, seguido por un ataque masivo por parte de la aviación rusa contra la Luftwaffe en sus bases, en una tentativa de emular la táctica alemana de eliminar la aviación enemiga dentro de la primera hora de la batalla, sin embargo, los alemanes lograron evitar tal situación grácias a la ubicación en la parte sur del saliente de un radar tipo Freya, que alertó con la suficiente antelación, para enviar cazas al encuentro de los bombarderos soviéticos. Las horas siguientes se convirtieron en la mayor batalla aérea de la historia. El 9º Ejército Panzer en el norte se encontró casi incapaz de moverse. A los pocos minutos de avanzar fue atrapado en los campos minados. Finalmente, el 9 de julio, se libró una fiera batalla en Ponyri, y en las colinas de Oljovatka, enfrentándose gran número de blindados alemanes y soviéticos, este fue el último intento de perforar las defensas soviéticas, gastando las últimas reservas de blindados, sin éxito aparente. La batalla por Ponyri, se rebautizó como el "Un Stalingrado en pequeña escala" debido a su brutalidad. Después de que en una semana hubieran avanzado solamente 10 kilómetros, los soviéticos lanzaron un ataque contra el 9º Ejército en Orel. En el sur las operaciones iban algo mejor para los alemanes. La punta de lanza del 4º ejército Panzer de Hoth llegó a Prokhorovka.
El 11 de julio los aliados anglosajones desembarcaron en Sicilia, lo que de alguna manera comprometía a las fuerzas alemanas acantonadas en Europa Occidental, sin tener ninguna gravitación sobre el Frente Oriental. Sin embargo, en el sector norte, tras empezar las ofensivas del día 12, los alemanes se vieron forzados a retirarse a sus posiciones iniciales liberando algunas de sus unidades para poder enviarlas inmediatamente a Italia, sin embargo, estas unidades no pudieron retirarse rápidamente, ya que aún exaustas de los terribles combates mantenidos en Kursk, tuvieron que marchar de manera precipitada a otro frente que estaba ya en erupción, el "Mius Front", donde el II Cuerpo aún tendría que realizar un sangriento contraataque para frenar la embestida soviética. A pesar de todo, en opinión del General von Manstein un esfuerzo final haría ganar la batalla, esta vez estaba totalmente errado, la situación era ya insostenible.
Los soviéticos pusieron en marcha sus planes anteriores a la Operación Ciudadela. El 15 de julio los ataques contra Orël comenzaron empleando todo el grupo de ejércitos del Frente Central (ver Operación Kutúzov). Los alemanes se retiraron a la línea de partida. Ésta era la primera vez que había habido un avance soviético veraniego en buenas condiciones. Al sur, las tropas que estaban más castigadas no pudieron iniciar el contraataque hasta el 3 de agosto, tomando Bélgorod, y el 23 liberando Járkov de manera definitiva.
La batalla fue una victoria para los soviéticos aunque habían sufrido bajas no mucho mayores que los alemanes. Éstos últimos, sin embargo, no podían reemplazar los hombres y el material con la misma facilidad que los soviéticos. Los alemanes nunca recuperaron la iniciativa después de Kursk, y el Ejército Rojo continuó su avance sin parar hacia Berlín (ver Batalla de Berlín). Las bajas alemanas fueron más de 56.000 muertos sin contar los heridos, perdiendo la mayoría de sus tanques y dejando al ejército nazi en una notable inferioridad frente al soviético. Las pérdidas soviéticas fueron 70.000 muertos y 110.000 heridos.

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