sábado, 12 de noviembre de 2011

Batalla de Omdurmán

La Batalla de Omdurmán enfrentó el 2 de septiembre de 1898 a un ejército anglo-egipcio comandado por el general británico Horatio Kitchener con el ejército de Abdallahi ibn Muhammad, sucesor del autoproclamado Mahdi Muhammad Ahmad, en Omdurmán, Sudán. Saldada con una victoria aplastante para las tropas anglo-egipcias, el enfrentamiento armado demostró la superioridad de la disciplina y la tecnología militar europeas, gracias al uso de fusiles y artillería contra un ejército muy numeroso pero con armamento totalmente arcaico. La batalla selló el éxito de los británicos en su intento por reconquistar Sudán, aunque no sería hasta la Batalla de Umm Diwaykarat, un año después, cuando los mahdistas serían totalmente derrotados. Omdurmán es hoy un suburbio de Jartum, en el centro de Sudán, aunque en su día fue elegida como base de operaciones por el Mahdi Muhammad Ahmad.
Desde la muerte de Charles George Gordon en enero de 1885 en Jartum, los derviches controlaban Sudán en su totalidad. El Mahdi había muerto, pero su sucesor, el califa Abdullah, ejercía un férreo control sobre su país pese a las derrotas de los últimos años. Era un hombre ambicioso, que aspiraba a extender su dominio hasta Abisinia e incluso Egipto.
En Gran Bretaña, la opinión pública exigía venganza por la muerte de Gordon. Como consecuencia, el ejército egipcio fue reforzado y la defensa del canal de Suez y de los intereses británicos fueron confiados a la Marina Real y a las tropas británicas en Egipto. En 1895 se consideró llegado el momento de preparar la reconquista de Sudán desde Egipto. La tarea le fue encomendada a Horatio Kitchener, sirdar («comandante en jefe») del ejército egipcio creado, instruido y dirigido por los británicos y que comprendía excelentes batallones reclutados entre los nativos del Sudán meridional, hombres que odiaban a los derviches. Kitchener carecía de experiencia como comandante de tropas en combate, pero tenía gran reputación como organizador militar y estaba decidido a no fracasar.
Para derrotar a un enemigo que se hallaba en pleno desierto era preciso mantener extensas líneas de comunicación y asegurar el avituallamiento y la evacuación de los heridos. Kitchener no dejó nada al azar. Las tropas y el material se podían transportar por barco hasta la primera catarata del Nilo en Wadi Halfa, 800 kilómetros al sur de El Cairo. A partir de allí, Horatio Kitchener decidió la construcción de una línea de ferrocarriles que llegase hasta Atbara, salvando cientos de kilómetros de desierto mientras una flotilla de cañoneras remontaba el Nilo.
Durante la metódica aproximación se libraron varias pequeñas batallas entra las fuerzas de Kitchener y las del emir Mahmoud, que debía hostigarlo mientras el califa concentraba su enorme ejercitó en Omdurmán, unos 320 kilómetros más al sur, en la orilla del Nilo opuesta a Jartum, sabiendo que éste era el verdadero objetivo.
El comandante irlandés llegó a avistar el objetivo el 1 de septiembre de 1898, acampando entre el río y una larga hilera de arbustos espinosos, la zareba. Ésta estaba vigilada por patrullas a caballo, pues se había detectado una fuerza de 50.000 derviches a 8 kilómetros de allí, tras una colina. Abdullah esperaba derrotar a los británicos respaldado por su propia base y con las líneas de abastecimiento enemigas extendidas en exceso.
El emir Abdullah al Taashi huyó y sobrevivió hasta 1898, cuando muere en una batalla. Kitchener tendría que hacer frente al «Incidente de Fachoda», en el que quedaría asentado el poderío británico en la región, siendo posteriormente recompensado con el título de Barón de Jartum y enviado a la India.
La batalla de Omdurmán fue la primera acción de envergadura en la que tomó parte Winston Churchill (antes había servido como observador extranjero durante la Guerra de Cuba). Al igual que el propio Kitchener y muchos de los británicos que participaron en la batalla, Churchill pondría en práctica lo aprendido durante la rebelión mahdista en la futura Guerra de los Bóers en Sudáfrica, cuando alcanzó notoriedad por primera vez.

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