sábado, 12 de noviembre de 2011

Batalla de Moscú

La Batalla de Moscú (ruso Битва под Москвой, tr: Bitva pod Moskvoy) es el nombre dado por los historiadores soviéticos a dos periodos de lucha estratégicamente significativos en un corredor de 600 km del frente oriental durante la Segunda Guerra Mundial. Estos episodios tuvieron lugar entre octubre de 1941 y enero de 1942. El esfuerzo defensivo soviético había frustrado la estrategia de Hitler de tomar la ciudad de Moscú, capital de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y su ciudad más grande, y que era considerada el primer objetivo militar y político de la fuerzas del eje para la invasión de la Unión Soviética.
La estrategia ofensiva alemana denominada Operación Tifón tenía como estrategia la puesta en práctica de dos ejército en un movimiento de pinza. Un ejército, formado por los 3º y 4º ejércitos Panzer atacaría al norte de Moscú contra el frente de Kalinin, cortando simultáneamente la vía Moscú - Leningrad. El otro ejército se dirigiría al sur del óblast de Moscú hacia el frente occidental soviético, al sur de Tula con el 2º ejército Panzer, mientras que el 4º ejército avanzaba directamente hacia Moscú desde el oeste. Una operación adicional con el nombre en clave Operación Wotan se había incluido en la fase final de la ofensiva alemana.
Inicialmente, las fuerzas soviéticas realizaron una estrategia defensiva del óblast de Moscú mediante la construcción de tres cinturones de defensa, desplegando reservas recién reclutadas y también trayendo tropas de Siberia y del distrito militar del lejano oriente. Subsecuentemente, a medida que lograban detener la ofensiva alemana, comenzaron a ejecutarse contraofensivas estratégicas soviéticas y operaciones ofensivas de menor escala para forzar a los ejércitos germanos a posicionarse en los alrededores de las ciudades de Oryol, Vyazma y Vítebsk, estando cerca de rodear tres ejércitos alemanes en el proceso.
El 22 de junio de 1941 Alemania y sus aliados del Eje atacaron al ejército soviético que ocupaba Polonia, tomando al liderazgo político soviético por sorpresa ya que este desoyó las numerosas advertencias que recibió del ataque alemán y por tanto la Wehrmacht alcanzó varias de las ciudades principales de la URSS como Minsk, Járkov, Kiev y en cuestión de un par de meses, el Ejército Alemán ya estaba en Smolensk, la puerta de acceso a Moscú. El Grupo de Ejércitos Sur se dirigía a conquistar Ucrania y el Grupo de Ejércitos Centro se dirigía hacia Moscú.
Las defensas soviéticas eran catastróficas y las bajas enormes. A comienzos de agosto de 1941 los alemanes capturaron la ciudad de Smolensk, un importante puesto de defensa en el camino hacia Moscú, pero los enfrentamientos en el área de Smolensk bloquearon el avance alemán hasta mediados de Septiembre, haciendo inviable el Blitzkrieg. Al reanudar el avance, el cuerpo Panzer de Heinz Guderian alcanzó las afueras del área moscovita, donde Hitler le ordenó que virase hacia el sur para apoyar el ataque de Gerd von Rundstedt sobre la ciudad de Kiev.
El 30 de septiembre de 1941 las divisiones de tanques del Segundo Grupo Pánzer comenzaban el ataque hacia Moscú, cogiendo a los soviéticos desprevenidos y avanzando 60 km en un día. El 2 de octubre de 1941, el Grupo de Ejércitos Centro bajo el comando de Fedor von Bock lanzó el ataque principal hacia la capital, la llamada Operación Tifón.
El 10 de octubre, el mariscal de campo Georgi Zhúkov tomó el mando en sustitución del mariscal Budieny, que estaba mentalmente agotado, asumiendo la jefatura del Frente Oriental y de la defensa de Moscú. Como refuerzo, venían desde las regiones orientales importantes reservas de tropas siberianas frescas.
El Segundo Ejército alemán, habiendo franqueado la defensa ejercida por el Quincuagésimo Ejército Soviético, capturó Bryansk a finales de septiembre de 1941. A continuación, Orel también fue tomada el 3 de octubre. Las fuerzas alemanas luego intentaron avanzar a través de la línea defensiva entre las ciudades de Orel y Tula. La localidad de Vyazma, al oeste de Moscú fue tomada el 13 de octubre. Pero Moscú no cayó.
Las fuerzas soviéticas del Frente Occidental, el Frente de Reserva, el Frente de Bryansk y el Frente de Kalinin, que defendían la ciudad, sufrieron considerables bajas, pero se mantuvieron peleando ferozmente. En Viazma y Bryansk, los alemanes cercaron a 660.000 soldados soviéticos y los arrollaron. Los soviéticos perdieron así más de un tercio de las fuerzas acumuladas para la defensa de la ciudad durante el respiro de 78 días en el Frente del Centro desde la toma de Smolensk. Tal fue la confianza del OKW alemán, que el Cuartel General del Grupo de Ejércitos Centro se trasladó de Roslavl a Spas—Demesk el día 6 de octubre y a Yukhnov el día 10 de ese mismo mes. En Moscú, el pánico empezaba a cundir, los moscovitas sabían que eran el próximo objetivo y empezaban a tomar iniciativas al respecto.
El 15 de octubre, la totalidad del cuerpo diplomático abandona la urbe. Se llenan los ferrocarriles con las obras de arte, tesoros y especies valoradas y parten a destino desconocido. Se instala la ley marcial, se detiene a todo sospechoso en las calles en busca de agentes alemanes encubiertos, los motines, saqueos y borracheras hicieron pensar en el caos de 1812 que culminó en el incendio de Moscú.
El 16 de octubre en una reunión de urgencia en el Kremlin Stalin, Mólotov, Malenkov, Beria y Alexandr Scherbakov debatieron planes para minar fábricas, puente, ferrocarriles e incluso el metro de Moscú, el 19 se declara el estado de sitio y Beria trajo varios regimientos de la NKVD para restablecer el orden. Los "alarmistas" fueron fusilados junto con los saqueadores y los borrachos.
Zhúkov recién llegado de Siberia comienza la defensa de la ciudad, multitudes de ancianos, mujeres y niños son enviados a hacer fosos antitanque, otros desbordan las estaciones de Kazán y Yaroslav. Bombarderos alemanes dejan caer octavillas sobre la ciudad con citas sarcásticas sobre su devenir y el cogerlas, aunque sea para fumarlas, por parte de cualquiera persona equivale a la pena de muerte.
Los alemanes, que ya vislumbran un derrumbe del ejército soviético, se encontraron que a fines de octubre las cosas no andaban como ellos esperaban, una serie de escaramuzas locales les dio una señal de que el enemigo había redoblado sus esfuerzos para contenerlos.
Para fortuna de los soviéticos, el General Invierno ya hacía acto de presencia, de los lodazales del otoño (inusualmente lluvioso) que habían dificultado mucho la marcha de las unidades alemanas mecanizadas, ahora se presentaban nevazones tempranas, caídas de temperatura extremas y viento acompañado de lluvia helada. Los mismos rusos se dieron cuenta que este invierno iba a ser diferente, y en efecto iba a ser el más extremo en 50 años. Tras las victorias en Bryansk y Vyazma el avance alemán se detuvo.
El OKW alemán solicitó perentoriamente el envío de ropas de invierno y vituallas para el efecto, pero tozudeces y descoordinaciones dificultaron el abastecimiento. Ante la insistencia, el dictador alemán Adolf Hitler arguyó que el soldado alemán es superior ante cualquier raza y adversidad y las insistencias cesaron por parte de los oficiales del ejército alemán.
Para el 15 de noviembre, mientras arrecian las lluvias heladas, aún no hay movimientos importantes, el Alto Mando Alemán (OKW) duda en realizar la operación, hay dudas y posiciones encontradas que deben ser zanjadas.
En Orsha se hace una reunión de evaluación de la situación general. Algunos generales abogan por atrincherarse y pasar a la defensiva manteniendo las actuales posiciones, otros calculan que a lo sumo aún quedan tres semanas de buen tiempo, pudiendo realizarse la embestida contra la capital soviética y así luego apoyar al ejército del Grupo Norte, que está muy debilitado. Al plantearse esta estrategia se aquilata que cualquier retraso acarrearía graves dificultades y sufrimientos para la infantería y los vehículos, pudiendo comprometerse la totalidad del frente, que hasta ahora permanecía sólido. Hoeppner comenta que debido a la carencia de abastecimientos se está creando una creciente debilidad de la moral en la tropa y en su capacidad ofensiva. Llega una directiva de Hitler que azuza a sus generales a tomar Moscú lo antes posible, además se incluye que no se aceptará ninguna capitulación, la ciudad deberá ser bombardeada y los civiles obligados a huir o a morir por hambre, sólo se tomará la ciudad una vez liquidada su población. Se agrega una instrucción especial de hacer saltar el Kremlin.
Se toma la decisión, se continuará apenas cesen las lluvias, la estrategia es usar el ataque de pinzas rodeando primero la capital por el norte con una ofensiva hacia Kalinin y hacia Klin y por el sur desde Tula hacia el río Oka para embolsarla.
El IV Ejército de Von Kluge es el encargado de realizar la operación, y ésta comienza el 20 de noviembre de 1941.
El grupo "Mitte" o Centro envolverá Moscú, El 9º y el 3º Grupo Panzer irán a Rashev y Kalinin, el 4º Grupo Panzer de Hoeppner irá por el norte, el IV Ejército tomará la posición MozhaisKaluga, el II Ejército después de limpiar la bolsa de Briansk irá al sudeste. Guderian con su 2º Grupo Panzer irá por Tula y Kolomna.
Zhúkov estableció tres líneas de defensa principales, previendo un ataque en forma de pinzas. La primera línea iba desde el poblado de Rzhev hasta Vyazma con una extensión de 200 km hacia el oeste. La segunda línea Kalinin—Mozhaisk—Kaluga defendía el centro de la capital y la tercera línea de defensa era la misma capital que se iba a fortificar en forma de erizo. Miles de obreros, mujeres y niños salieron a las calles a cavar zanjas, montar defensas antitanque y trampas. También se colocaron en el mayor secreto cargas de dinamita en puntos estratégicos de la capital para volarla si era absolutamente necesario.
Los escuadrones siberianos venidos desde oriente aún no llegaban a destino, Stalin programó además un desfile en la Plaza Roja donde desfilarían los batallones y de allí se dirigirían directos al frente.
El Gobierno Soviético fue evacuado hacia el este, a la ciudad de Kuybyshev, la actual Samara, aunque el líder soviético, Stalin, permaneció en Moscú para dar un ejemplo de determinación para los soldados y los cada vez más desesperados civiles. Stalin ordenó realizar en la Plaza Roja el tradicional desfile militar del 7 de noviembre conmemorando la Revolución de octubre, a pesar del peligro que representaban los bombardeos alemanes, pero Stalin dijo que se concentraran todas las baterías antiaéreas disponibles en torno a la capital.
En Moscú, Stalin decidió que los refuerzos cruzarían por la Plaza Roja, por delante del mausoleo de Lenin y marcharían directamente a enfrentarse al invasor al campo de batalla incluso, algunos tanques T-34 que desfilaron iban sin pintar, saliendo directamente de las fábricas hacia el frente.
En las fábricas cercanas se armaban a toda velocidad cientos de tanques T-34 para ser usados en la batalla inminente, muchos salieron sin pintar de allí. Se fortificaron los edificios y se plantaron cientos de nidos de ametralladoras antiaéreas comprometiendo a 24.000 civiles. Por el norte estaba Timoshenko, por el centro estaba Zhúkov y por el sur el general Yeriómenko.
Ignorando los consejos de sus generales, Hitler no ordenó la retirada general. Esta orden es hasta hoy en día motivo de discusión, ya que varios expertos, como el general Günther Blumentritt, aseguran que una retirada en pleno invierno hubiera concluido con la masacre de las tropas alemanas, ya que la práctica de tierra quemada y los caminos intransitables hubieran obligado a los exhaustos alemanes a abrirse paso por el campo, fácilitando su captura al enemigo. Sin embargo, está correcta decisión de Hitler, tomada por razones políticas, lo motivaría a ignorar cada vez más el consejo de sus oficiales en el futuro, con desastrosos resultados.
Desde la Navidad de 1941, los alemanes empezaron a observar que la fuerza del contraataque ruso había decaído, y aunque los alemanes siguieron cediendo terreno, esto se realizó de manera más organizada. Para finales de febrero de 1942, el frente de Moscú se estabilizó, esto nunca significó que el peligro hubiera terminado, ya que las bajas temperaturas siguieron causando bajas en los ejércitos alemanes, no obstante, la actividad bajaría y la atención de Hitler se desviaría hacia el Cáucaso, donde la Wehrmacht estaba mostrando resultados positivos.

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